Partido de hombres pertenecientes a una clase particularmente superior que debe tomarse como modelo por ser de calidad al enfrentar a dos de los máximos exponentes del verde césped en la casa del fútbol amateur. Cumplieron con su deber de acuerdo a sus moralidades que florearon al fútbol con cortesía, nobleza y distinción para cerrar un empate en el que el Carioca facturó cada error mientras que el Pirata debió fabricar genialidades desde los pies de Sirolli.

Jogo Bonito estuvo muy cerca de depender de si mismo, razón por la cual el empate no cerró a pesar de hacer un buen encuentro, sensación de que no alcanzó y que ahora será obra de los dioses del balón.

Barba Guerra se fue conforme, si éste equipo hay algo que sabe, es empatar y sumar para saber como es la realidad en la última fecha. El calor jugó su partido y el final fue un suspiro.