El campo fue testigo de un encuentro donde la experiencia de un equipo se impuso con contundencia sobre otro que apenas transita sus primeros pasos en la competición. No fue una sorpresa ver a los Titanes con más de cien partidos de rodaje dominar el ritmo y el desarrollo del juego, enfrentándose a un rival que disputa sus primeros tres encuentros.

Desde el inicio, Cronos demostró una lectura del juego superior, fruto de incontables horas compartidas en cancha. Su organización táctica fue evidente: cada jugador conocía su rol y los movimientos de sus compañeros. Las líneas de pase aparecían con naturalidad, la circulación del balón era fluida y los desmarques constantes. Lograban generar superioridades numéricas en distintas zonas, lo que les permitía avanzar con comodidad hacia el arco rival.

Por su parte, Toco y No Voy, aunque mostró ímpetu y ganas, se encontró con un muro difícil de franquear. La velocidad de ejecución y la intensidad del rival los obligaron a correr constantemente detrás del balón. Les costó encontrar los espacios para hilvanar jugadas y sus esfuerzos defensivos se vieron desbordados por la precisión y la contundencia de un equipo que capitalizó casi cada oportunidad generada.

Para el Interinato de Ayrton Montenegro, esta victoria es una confirmación de su trabajo continuo y su nivel competitivo. Demostraron por qué son un referente del verde césped, manteniendo la concentración y el respeto por el juego durante los 40 minutos.

Para la escuadra de Santi Fernández, este resultado, aunque abultado, es una gran lección. Es una primera toma de contacto con la exigencia de la categoría y la importancia de la experiencia colectiva. Cada gol recibido es una oportunidad para analizar dónde estuvieron los desajustes, cómo mejorar las marcaciones, la comunicación en cancha y la toma de decisiones bajo presión. Este partido no define su potencial, sino que marca el punto de partida de un camino de aprendizaje y crecimiento. El fútbol 6v6 es un deporte de detalles, y la única forma de pulirlos es jugando, aprendiendo de cada error y construyendo esa tan necesaria química de equipo.