Parne Kipada, campeón de Primera A del Clausura 2025, vuelve a demostrar que hay equipos que no se construyen: se forjan. Que hay equipos que no se arman: se sostienen con convicción, con identidad, con un fuego interno que no se apaga aunque cambien los nombres, los formatos de torneo, o los rivales que quieran destronarlos. En un fútbol donde nadie te regala nada, donde cada fecha es un examen y cada jugador es un mundo, Parne lleva más de un año viviendo en modo excelencia. De los últimos cinco torneos, ganaron cuatro. A ese nivel.
Lo que hicieron en este 2025 es de archivo. Primero, la Copa de Oro, la competencia más difícil y más hermosa de todo el Verde Césped, donde ganás jugando contra los mejores, donde ganar duele, pesa y vale. Después, este Clausura que cerraron como se cierran las grandes historias: con autoridad, con estilo, con firma propia. Un bicampeonato que deja algo claro: en el fútbol amateur, Parne es el equipo que todos miran, el que todos quieren bajar y el que casi nadie puede frenar.
Y si vamos a hablar de este equipo, hay que empezar por el 10.
Por el faro, la brújula, el que hace que el partido tenga sentido: Valen Bavio.
El Messi de Parne.
El jugador más mirado, más analizado, más “che, ¿viste lo que hizo?”.
En este Clausura pasó la barrera de los 100 partidos, llegó a 103, y anotó 114 goles. Una locura. Una estadística que parece de PlayStation, pero se sostiene domingo tras domingo, con el tobillo vendado, con el cansancio, con los rivales estudiándolo, con toda la presión que solo pueden soportar los distintos. Él es distinto. No hace falta explicarlo más.
Como tampoco hace falta explicar quién es Matata Simkin, su arquero. Su guardián. Un tipo que ataja desde la fecha 1 de la historia de Parne, un clásico de la liga. De esos arqueros que saben cuándo atajar, cuándo ordenar, cuándo gritar, cuándo calmar y cuándo poner el pecho. Los torneos se ganan con arqueros así: con tipos que bancan. Que sostienen cuando el equipo flaquea y que celebran en silencio las pelotas que valen puntos. Matata es eso. Un símbolo más.
Y en la columna vertebral aparece otro nombre que es más que un jugador: Vitamina Reboredo.
El primer dirigente, el que golpeó la puerta para que Parne entrara a la liga.
El que armó, el que convenció, el que creyó.
En la cancha es versátil, inteligente, un soldado que no falla.
En la historia, es fundador.
Los equipos grandes siempre tienen un Vitamina. Parne lo tiene hace años.
El año también quedó marcado por las ausencias, que en un grupo así duelen. Santi de Rosa, uno de los históricos, se lesionó y se perdió el Clausura. Un jugador de esos que siempre están, que suman adentro y afuera, y que merecen un regreso en 2026 con ovación y abrazo. Parne también es familia, y los que no pueden estar se sienten igual.
Y en la misma línea de leyendas silenciosas aparece Piedrafita, el 8 que juega poco, pero cada vez que entra cambia el resultado.
Promedio de gol que es un chiste: entra dos minutos y la clava.
Cinco minutos, y la clava otra vez.
Es ese jugador que rompe el algoritmo del fútbol: nunca falla.
La definición perfecta de “siempre rinde”.
Pero si hablamos del corazón del Clausura 2025, hay un nombre que se escribió con una épica inesperada:
Juanpa “El Zorro” Zorzoli.
Después de un 2025 de recuperación y un inicio del 2026 complejo, el Zorro volvió. Y volvió a un nivel que ni él soñó. Se transformó en pivot, y Parne como equipo encontró un nuevo idioma a partir de él. La pelota lo busca, los compañeros lo miran, el gol lo reconoce. MVP de la final de la Copa de Oro. Dos pepas en la final del Clausura.
Un año tan perfecto que algunos dicen que hubo un ángel ayudándolo.
Quizás sí. Quizás su fútbol siempre necesitó un espacio para explotar. Quizás ambos. Este fue su año.
Un animal. Un antes y un después.
El resto del plantel, enorme, ancho, profundo, también sostiene este imperio.
Toto Iriarte el de las primaveras goleadoras, los hermanos Laurenti, el Cacu Lencina —¡madre santa qué jugador el Cacu!—, siempre sumando, siempre presentes, siempre firmes. Ahora se suma Martín Dottori, que aparece como reemplazo natural para mantener ese juego con pivot que trajo el Zorro.
Y Facu Palacios, un jugador que estuvo cerca del profesionalismo, que juega con una simpleza de elite, que entiende el juego como pocos.
Y detrás de eso, una cantera que empuja, que sostiene, que asegura que Parne no solo es campeón: es un proyecto, una identidad, un monstruo del fútbol amateur.
Hoy, campeón del torneo más difícil, el de la máxima categoría.
Hoy, nuevamente en la cima.
Parne equipada: gigante, estable, dominante.
Un campeón que hace tiempo dejó de ser sorpresa para convertirse en la referencia absoluta del Verde Césped
Los Alamos
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Parne Kipada
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5 |
7 |
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| Nro | Jugador | Goles | Pts | Nro | Jugador | Goles | Pts |
|---|---|---|---|---|---|---|---|
| 1 | Rolon, Matías | 1 | 7,5 | 1 | Domínguez Simkin, M. | 7,0 | |
| 4 | Guerra, Lucas | 6,5 | 3 | Lencina, Valentín | 2 | 8,0 | |
| 5 | Cini, Ivo | 2 | 7,5 | 5 | Iriarte, Tomás | 1 | 7,5 |
| 6 | Guerra, Agustín | 6,5 | 7 | Palacio, Facundo | 2 | 8,0 | |
| 9 | Gainza, Martín | 1 | 7,0 | 10 | Bavio, Valentino | 7,0 | |
| 10 | Bialy, Emiliano | 6,0 | 13 | Zorzoli, Juan P. | 2 | 8,0 | |
| 18 | Quaglia, Agustín | 1 | 7,5 | 19 | Reboredo, Alejandro | 7,0 | |
| 20 | Dottori, Martín | 7,0 | |||||
| PROMEDIO: | 6,93 | PROMEDIO: | 7,44 | ||||
| PARTIDO: Bueno | ÁRBITRO: Ezequiel | ||||||
| AMONESTADOS: Cini, I.; Gainza, M. (Los Alamos) | |||||||
| Parne Kipada | 9 - 6 | Los Alamos |
| Nolimpio | 4 - 9 | Jogo Bonito |
| Cronos FC | 3 - 8 | Allax |
| Los Alamos | 5 - 7 | Parne Kipada |
| La Parroquia | 3 - 0 | Tinta F.C |